martes, 15 de abril de 2014

INTRODUCCIÓN-LEER






Todos los seres humanos leemos, o podría decir que todos los seres vivos leen; todos los seres perciben el entorno y aprenden de él; lo interpretan y por ello existen. Sé que a muchos de ustedes la frase anterior le sorprenderá, porque siempre nos han explicado que leer se define, como reza el Diccionario de la Real Academia de lengua, cito: 

    1. "Leer es: pasar la vista por lo escrito o impreso comprendiendo la significación de los caracteres empleados". 

No obstante, el mismo diccionario expresa en segunda y tercera opción: 
2. tr. Comprender el sentido de cualquier otro tipo de representación gráfica. Leer la hora, una partitura, un plano.
3. tr. Entender o interpretar un texto de determinado modo.

Y, aquí ya estamos ejercitando la lectura de forma incompleta porque nos hemos limitado a las primeras tres definiciones, y no terminamos de leer los siguientes significados:
4. tr. En las oposiciones y otros ejercicios literarios, decir en público el discurso llamado lección.
5. tr. Descubrir por indicios los sentimientos o pensamientos de alguien, o algo oculto que ha hecho o le ha sucedido. Puede leerse la tristeza en su rostro. Me has leído el pensamiento. Leo en tus ojos que mientes.
6. tr. Adivinar algo oculto mediante prácticas esotéricas. Leer el futuro en las cartas, en las líneas de la mano, en una bola de cristal.
7. tr. Descifrar un código de signos supersticiosos para adivinar algo oculto. Leer las líneas de la mano, las cartas, el tarot.
8. tr. p. us. Dicho de un profesor: Enseñar o explicar a sus oyentes alguna materia sobre un texto.

Ahora bien, lo que pretendo es una revisión significativa y amplia, ante el desarrollo de una de las competencias más importantes en todos y cada uno de los individuos (femeninos y masculinos) que conforman nuestras sociedades actuales. El acto de leer en la actualidad es diferente, leemos de diversas maneras, leemos todo lo que nos rodea y tratamos de interpretar para sobrevivir. Leemos para alcanzar el conocimiento, pero ese conocimiento hoy ha cambiado; las sociedades del momento han sufrido y sufren constantemente transformaciones vertiginosas. Y, ahora al inicio de la segunda década del siglo XXI, donde las tecnologías absorben todos los ámbitos del entorno humano, se hace necesario ampliar nuestro concepto sobre este proceso que hemos  denominado: lectura.



Tomado de: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZytAr1xX5QGHNTYVWThxLciyAcscMYX7IQFJOsThCzcbvyNpC2VfhXczV1dYKh8klQYKt1UJzAIrB07zfwu4ZONerl4jqmrnjSdX4bpTfUsCnQ9f9VsbenZ4kiWE72xj0PqQjYdKThRA/s1600/BollmannStefan-LasMujeresQueLeenSon.jpg


Pero, detengámonos para revisar esa frase que presenté líneas arriba, la que expresa: “leemos todo lo que nos rodea y tratamos de interpretar para sobrevivir”. ¿Por qué sobrevivir? Porque nuestras sociedades exigen día a día que actualicemos nuestros saberes ante la imposición de nuevas formas de comunicarnos, de trabajar, de amar, de recrearnos, y en fin de todo aquello que nos compromete al vivir dentro de una gran variedad de grupos sociales; y allí nada más y nada menos está la capacidad de interpretar, de descifrar, de descubrir un mundo del que necesitamos y, si fracasamos en el intento, es posible que nos hallemos ante la muerte o, lo más significativo, frente al fracaso.

Y, aunque el termino fracaso parezca dramático, no es fácil cambiarlo por otro, porque muchos casos pueden certificar lo expresado. Como ejemplo nada más intenta solicitar trabajo sin tener conocimiento sobre tecnología computarizada, o por lo menos manejar algún dispositivo digital. A eso, súmale que para acceder a las cuentas bancarias o de ahorros (donde guardas tus ingresos y/o capital)  debes  manejar las redes electrónicas. No hay opciones, o manejas los detalles informáticos o, perderás los ahorros de toda tu vida. Estamos inmersos en unas formas de lectura que reflejan el gran entorno sistematizado y mediático que no imaginó nuestra sociedad humana, hace menos de tres décadas. Es posible que esta reflexión llene de esperanzas a un gran grupo de personas; pero, no dudemos, que otro gran porcentaje debe estar agarrándose la cabeza con las dos manos, pensando  que los jóvenes de hoy no leen, y no saben leer.

Estos párrafos de reflexión sobre el ejercicio de la lectura, son un abreboca para los capítulos que trataré en próximas entradas, donde además de explicar las diferentes modalidades de cómo podemos leer, también daré algunos consejos para interpretar diversos textos, o ayudar con herramientas claves a un tipo de lectura analítica, que sé será de gran ayuda en todos los ámbitos, no solo en el académico sino también en el laboral o profesional.





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